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domingo, 13 de marzo de 2011

4/4 ...EL RITMO DE LA VIDA

Cuando somos concebidos, en el vientre de nuestra madre, escuchamos ecos y ruidos del exterior que llegan a nosotros a través del líquido que nos rodea, sonidos que se convierten en acuosos, reverberantes.
Eso es lo primero que sentimos y percibimos antes que la voz humana, el lenguaje, el idioma o cualquier otro sonido.
Y siempre, por debajo de esos ecos y resonancias, el corazón de quién nos lleva dentro, latiendo constantemente a una media de 127 bpm, el sonido de las ecografías: boum, boum, boum, boum...
Durante nueve largos meses lo escuchamos, aderezado con los sonidos del exterior que llegan a nosotros de forma difusa y lo incorporamos a nuestro código genético.
El techno básicamente se compone de estos sonidos, una transcripción a la realidad de lo que escuchamos antes de nacer, por eso el beat constante, las frecuencias graves, los ecos y la repetición nos transmiten esa energía tan particular.
Si quieres entender nuestra música, bucea en tus orígenes más ancestrales, allí está la respuesta.